Fábrica de Luz «Sagrado Corazón» (Codeseda – A Estrada – Galicia)
En el lugar de Marcenlos, parroquia de Codeseda, el día 3 de junio del año 1880, nace D. JUAN VILAS FILLOY, hijo de Juan y de María. Corría el año de 1902, cuando emigra a la isla de Cuba.
Regresa de la emigración por el año de 1922.
De regreso a su tierra natal, San Jorge de Codeseda, contrae matrimonio con Doña Dolores Vázquez Vilas y tiene por descendientes a Catalina, Juan, Manuel y Primo Vilas Vázquez.
Una vez aquí se propone montar una gran empresa, una fábrica de luz (central hidroeléctrica). Para ello elige el lugar de Caldeirón, situado a unos cientos de metros, río arriba, de Ponte da Pedra y en el margen derecho del río Umia.
En dicho lugar construye un edificio de piedra para albergar la maquinaria de la que consta la fábrica de luz, y una presa para extraer el agua para poder mover la turbina. A unos pocos metros de la fábrica de luz construye una casa de piedra, su nuevo domicilio.
Energía para varios lugares cercanos
Por el año 1927, la fábrica, daba energía a los vecinos de los lugares de Marcenlos, Codesal, Sagrada, Fontenlo, Barro y Quintas. En el año de 1928, se da de alta en matrícula industrial, con su “fábrica de luz”, de 10 Kilovatios de producción denominada “Sagrado Corazón”, con la que abastecía a los vecinos de la zona. Fue el primer industrial en contratar el alumbrado público rural . El lugar de Sagrada fue el primer núcleo de población rural del ayuntamiento de A Estrada en tener luz pública.
Esto viene recogido en el acta de la reunión de la comisión Permanente del ayuntamiento de A Estrada, acta de 4 de agosto de 1928:
“Conforme con lo informado por la Comisión al efecto designada se acuerda desde luego utilizar la energía del fluido eléctrico de que es propietario Juan Vilas, de Codeseda, para alumbrado público del lugar de Sagrada, al efecto se colocarán doce lámparas del número de watios que consta en dicho informe y en los puntos en el mismo indicados; pagándose por fluido y material del mismo modo y en igual proporción señalada en el contrato para suministro del de esta Villa; y todo esto transitoriamente mientras tanto no se celebra también contrato mediante concurso para el servicio de que se trata de un modo definitivo; a cuyo fin se designará una comisión. […]”
En consecuencia, el día 19 de octubre de 1928 se inaugura este alumbrado en el lugar de Sagrada-Codeseda.
Con el transcurrir de los años en la parroquia de Codeseda aumenta el número de lámparas y de potencia a los lugares que sirve Juan Vilas Filloy.
Venta a D. Benjamín Valladares
Juan Vilas conserva su fábrica de luz hasta el año 1944, que la vende a D. Benjamín Valladares Salgado, vecino de A Estrada.
El nuevo propietario amplia su venta de energía a los lugares de A Grela, Portela, Vilaboa y otros lugares de la parroquia, así como a parroquias limítrofes.
Venta a D. Miguel Sieiro
D. Benjamín Valladares Souto, vende en el año de 1962 la fábrica de luz de Caldeirón, con su casa, concesión de agua y finca a D. Miguel Sieiro Salgado en 162.000 pesetas, y los 250 abonados que tenía los vende a la empresa “Porto Verdura” de A Estrada.
Tras comprar la fábrica de luz de Caldeirón D. Miguel Sieiro Salgado, traslada su aserradero de madera sito en Codeseda, al monte del Arnado, próximo a la fábrica, que produce energía para el citado aserradero, un molino y vivienda particular.
Al fallecer D. Miguel, la fábrica de luz de Caldeirón, con el resto de la herencia, pasa a sus hijos Miguel y Juan Sieiro Valle, los cuales siguen con el negocio familiar del aserradero hasta su jubilación.
Visita a las instalaciones
El pasado día 22 de diciembre de 2005, visité la “fábrica de luz de Caldeirón”. Me atendió Juan Sieiro Valle, quien con su carácter afable y una amabilidad desbordante, me condujo hasta el edifico donde está situada la fábrica de luz de Caldeirón, mostrándome la presa de agua que mueve la turbina. Ésta se encontraba seca, pues se estaba realizando su limpieza por la caída de la hoja de los árboles, tierra, raíces y demás fango que arrastran las aguas del río.
Entrando en el edificio a mano derecha se encuentra un molino harinero que funciona con la energía que produce la fábrica, y en el lateral izquierdo hay una habitación en donde se ubica la maquinaria: el alternador (generador), el regulador, el cuadro de mandos con termostatos…
En una habitación continua se encuentra la pértiga y las cuchillas de alta tensión, la de la izquierda que daba salida hacia Ribela y la de la derecha para Codeseda. En Sagrada había un transformador, al lado de la fuente y en el lugar de Quintas otro, en la finca de Don Benjamín Lois.
La mayoría de estas máquinas son de origen Alemán, como lo demuestran sus placas de identificación que se encuentran a la vista y algunas de ellas con la cruz esvástica (Cruz Gamada), gravada. Toda esta maquinaria se encuentra en perfecto estado de funcionamiento.
En el camino de regreso a la casa de Juan Sieiro Valle, situada a pocos metros de distancia de donde se encuentra enclavada la fábrica de luz de Caldeirón y tras las informaciones y explicaciones sobre su funcionamiento, este hombre se mostró resignado, siendo consciente de que todo aquello que con tanto cariño y aprecio vivió y cuidó y que todavía hoy funciona, aunque ya no produce energía, dejará de hacerlo algún día.
Hay que destacar que después de tantos años desde su creación, esta fábrica volvió de algún modo a la familia fundadora, pues, aunque lejano, el parentesco sigue, ya que tanto su fundador como su esposa eran los padrinos de bautismo de Juan Sieiro Valle.
Desde estas páginas se anima al mantenimiento y cuidado de la Fábrica de Luz de Caldeirón.
Se agradece la información facilitada por Catalina Vilas Vázquez, Francisco Javier Vilas Méndez y Juan Sieiro Valle.
Texto elaborado por Luís Manuel Ferro Pego en diciembre de 2005
Según nos cuenta Jamaica Prieto Fariña (en abril de 2016) , allí también trabajó su bisabuelo Eliseo Vázquez.
En la actualidad y, tras haber sufrido tres robos, ya ha desaparecido casi toda la maquinaria.
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Noticia publicada en La Voz de Galicia en la década de los 90 (no tenemos la fecha exacta).
Redacción de José Gabriel Platero y foto de Ramón Leiro
Y en Codeseda se hizo la luz
En la parroquia de A Estrada, Miguel y Juan Sieiro utilizan una minicentral eléctrica para uso y disfrute de una sola vivienda.
«Eiquí non fai falla nin petróleo nin carbón, chega ca auga que ven do ceo». Y la verdad es que llega. Cocina y ducha eléctrica, luces, bombas de presión y otros aparatos «que non sabemos para que valen» hacen que la casa de Miguel Sieiro Salgado, en la parroquia de Codeseda, en A Estrada, se convierta todas las noches en un monumento al inmortal Tomás A. Edison. Y los días: «Meu pai —dice Juan Sieiro— encende todas as luces e todos os aparatos xa de mañá; e non lle podes decir nada: sae gratis».
Los difíciles accesos, la casa y la minicentral eléctrica por la que correteó Juan cuando era un niño contrastan con la modernidad y las ventajas del apartamento más acomodado de Wall Street. Hace ya 70 años que un emigrado cubano compró dos molinos, regados por el río Umia en un apartado y bello lugar, y decidió transformarlos en una minicentral eléctrica que abastecía, antaño, a parte de las parroquias de Codeseda, Rivela y Souto.
Un canal, de 425 metros, lleva el agua del río Umia hasta una casa donde un molino todavía molía maíz hasta hace dos años. Allí, un alternador convierte el más preciado líquido en energía eléctrica.
Todavía se aprecian los restos del segundo molino, de «o burro» -para quitar las ruedas-, y de las cuchillas por las que salía la corriente hacia otros puntos de la zona. «Rivela, sin luz», dice Juan y baja una de las cuchillas por las que ya no pasa ese cosquilleo mortal que en su día dio vida al lugar de Rivela.
Aprovechamiento
Una cruz gamada llama la atención en un lateral del alternador. Esta esbástica ratifica las palabras de Juan: «É alemán, e é moi bo». Y tan bueno! Lleva más de cincuenta años sin dejar de funcionar. A pesar de ello, Juan y Miguel creen que hay que cambiarlo: «Si algún día se da saída a esta enerxía, habería que facer algunhas reformas». Hoy, Miguel -el anciano que vive en la casa consume alrededor de 400 kilowatios mensuales. La potencia de la minicentral podría alcanzar los 2000 diarios. «Tirase moita enerxía, pero temos un convenio que di que só lle podemos vender a electricidade a Fenosa», explican.
Un potente foco
No obstante, Miguel Sieiro saca buen provecho de la gratituidad del servicio: enciende todas las luces que tiene en la casa, las estufas, la cocina y todo lo que se le venga a la cabeza. «Ves esa lámpara -dice señalando hacia una cornisa de la casa donde está colocado un llamativo foco— pois tiven que cortarlle a corriente, porque iluminaba tanto -2500 watios- que molestaba ós veciños. Meu pai encendíaa sempre que me ía, aunque eu lle dixera que non». «Da máis luz co sol», dice en otro momento de la conversación refiriéndose al mismo foco. Juan optó por ponerlo de manera que la luz se proyectara hacia el suelo, «pero aún así era moita a que daba.
En la pequeña planta donde están ubicados los aparatos que convierten el agua en electricidad, Juan Sieiro tiene varias máquinas para su trabajo particular. La carpintería ocupa su tiempo: es lo que le da de comer. Los aparatos que tiene en la minicentral «úsoas exclusivamente para cousas miñas», dice. Estos funcionan por corriente eléctrica, pero él utiliza otras máquinas para su trabajo de venta al público, según asegura.
Un motor que «fura a chapa do coche»
Sieiro está pendiente del funcionamiento de todos los aparatos; los mima y parece como si formaran una parte más del entorno, como si la naturaleza los hubiera puesto igual que hizo con el río o con la hierba o con los altos árboles que rodean la vivienda.
Sus palabras se tornan quebradas cuando comienza a hablar de su hermano, una sonrisa nostálgica delata la admiración que sentía por él. «Sabía moito», dice. El otro hijo de Miguel murió en una accidente de tráfico; era perito eléctrónico y el fue «quen trouxo o foco, e fixo a maioría das aparatos que temos eiqui e non sabemos utilizar», dice Juan. «Ves iste motor, pois cando bota auga parece que vai furar a chapa do coche», señala mostrando una de las «máquinas».