La iglesia de Codeseda y su ábside románico
El edificio está rodeado por praderías en su lateral meridional y por un hermoso robledal en el septentrional. Las primeras referencias en la documentación son del primer cuarto del siglo X, cuando el Obispo de Iria, Sisnando I, en el año 914 dona Codesión (Codeseda) al monasteiro del Pico Sacro, fundado 10 años antes. (*López Ferreiro – Historia de la Iglesia Compostelana, Tomo II, Apéndice XXVI – 1898); (*Pedro Varela – La Estrada – 1923)
En el año 1124 el rey Alfonso VII cede a Munio Pérez Tacón —que había sido armado caballero junto con el monarca y otros jóvenes hidalgos en la catedral compostelana ese mismo año— la iglesia de Sancti Leorgii de Aquis Sanctis también conocida como Codesseda con el coto de Sancti Leorgii monasterium per suos anticos términos.
Bajo la protección del caballero Munio Pérez se rehabilitan las edificaciones primitivas y se construyen nuevos elementos, iniciando la época de esplendor del monasterio.
El cenobio es incluido en los privilegios pontificios que confirman los bienes y derechos de la iglesia del Apóstol de los papas Anastasio IV, en 1154, Alejandro III, en 1174, 1178 y 1181, Inocencio III, en 1199, y Honorio II, en 1225.
Estas confirmaciones permiten apreciar el interés del arzobispado compostelano por incluir sus bienes sitos en las tierras de Montes y Tabeirós y confirmar la continuidad de la vida monástica en Codeseda a lo largo del siglo XII.
Desconocemos si desde sus orígenes esta comunidad fue femenina, pero en todo caso si en algún momento se produjo un cambio éste se llevó a cabo con anterioridad al último tercio del siglo XII, puesto que el arzobispo Jerónimo del Hoyo deja constancia, a principios del siglo XVII, de que la iglesia de Codeseda pertenecía a un cenobio femenino regido por la abadesa Mariana Fernández desde al menos el año 1164, contenido en una inscripción que él pudo ver junto a la puerta del muro de la Epístola que serviría para comunicar la iglesia con el recinto monástico y en otra que estaba sobre la puerta de la iglesia. Suponemos que este último acceso sería la portada de la fachada occidental.
Su transcripción del epígrafe de la puerta del muro meridional de la nave es (aprox.) la siguiente:
ABBADESSA MA RIANA, FERN; NOTA, BOCABAR, MUNIO,
EST. QUE. LAPIS, ISTE, MICHI, INREQUE, DEUM, COLIE DAT
FERNAM ERA M.CC.IIZQD: VII : KLS: IUNII:
Esta inscripción pudo haber desaparecido en 1851, momento en que se efectuó la reconstrucción integral de la nave, o en las intervenciones realizadas en el templo, a instancias del cabildo compostelano, por los maestros de obras Francisco González de Araujo, en 1619, y Luis Gil, en 1744.
Seis años después, en 1170, el rey Fernando II con su mujer Urraca concedía los realengos de Sanín, en la península del Salnés, y Guiltrige, en la tierra de Orcellón, al monasterio de sancto leorgio Codesrde, a domne maior lobanais y a su hija la abadesa Urraca Muñiz. El final de esta comunidad benedictina que no superó la crisis bajo medieval se produjo en 1410 cuando tan sólo contaba con dos religiosas. En esta fecha el arzobispo compostelano don Lope de Mendoza determinó su anexión al cabildo compostelano.
De la primitiva abadía hoy en día conservamos la cabecera poligonal de una iglesia que contaba a principios del siglo XVII, antes de la primera de las intervenciones modernas documentadas, con una nave dividida en cuatro tramos por tres pares de columnas entregas a unos altos muros en las que apeaban tres arcos fajones y la techumbre de madera. La planta, por lo tanto, repetía un esquema sobradamente conocido en la arquitectura románica gallega de la segunda mitad del siglo XII: un ábside poligonal con tramo recto unido a través de un codillo a una nave única de mayor amplitud que la de otros edificios pontevedreses como Santiago de Bembrive, Santo Tomé de Piñeiro o Santa María de Tebra, y semejante a la empleada en el monasterio —también benedictino— femenino de Santo Estevo de Casteláns.
El ábside románico y el hastial oriental de la nave fueron objeto de una intensa y reparadora intervención realizada en 1972. Los paramentos externos de su tramo recto, que ocupan el espacio comprendido entre el codillo y un contrafuerte que recoge los empujes de un arco fajón interno, fueron englobados hasta la altura del alero en una sacristía moderna, en el lateral septentrional, y la casa rectoral, en el meridional. Sus aleros de cobija en chaflán recto liso cargan sobre diez canecillos, cinco en cada lado, de proa, de nacela con rollos atravesados por un baquetón y de una hoja plana con una poma en el envés.
El remate poligonal de cinco lados se alza sobre tres altos rebancos que sirven para superar el desnivel sobre el que fue edificada la iglesia y está compartimentado en cinco paños por cuatro columnas entregas. Sus podios de incipiente sección circular resaltan en el primer rebanco y se superponen a los dos superiores. Sobre ellos las basas de perfil ático y los plintos circulares, los fustes de ocho tambores anillados en la mitad con los ábacos en caveto liso de las ventanas que se impostan por el muro y los capiteles de dos filas de hojas planas rematadas con pomas en el envés del ápice, el primero desde el extremo septentrional, de tallos anillados entrecruzados, de dos filas de hojas planas y de un orden de hojas planas con ápice anillado y rematado en espiral.
En cada paño se abre una ventana con una arquivolta de arco semicircular con dos medias cañas decoradas con bolas entre baquetones que cargan en un par de columnas acodilladas de fustes monolíticos lisos, capiteles entregos y basas áticas con garras. Sus chambranas están exornadas con ajedrezado de cinco filas de tacos.
La variedad de las soluciones decorativas que presentan sus capiteles y tímpanos que apean sobre el muro los hacen merecedores de un análisis pormenorizado.
El tímpano de la primera ventana, desde el extremo septentrional, muestra dos cruces de San Andrés inscritas en un círculo con otro círculo central que las une, decoración de tallos sinuosos en la parte superior, un círculo y dos rosáceas en el lateral izquierdo y lo que podrían ser nudos u hojas en el derecho. Su capitel occidental posee decoración de tallos anillados sobre una fila de hojas planas con pomas en el envés, y el oriental, de dos filas de hojas planas. Las del inferior con nervio central perlado y ápice vuelto, y las del superior con ápices vueltos anillados.
El tímpano de la segunda ventana está dividido en tres niveles. El superior ornamentado con un tallo ondulante, el central con cuatro rosáceas inscritas en un círculo y el inferior con seis círculos. Su capitel derecho, con un listel en la parte inferior del ábaco, muestra dos filas de hojas planas con ápices rematados en espiral y pomas en el envés, mientras que el izquierdo posee dos órdenes de hojas carnosas de nervio central inciso. La basa de este último está decorada con hojas planas de ápice rematado en espiral.
El capitel derecho del tercer vano tiene dos órdenes de hojas con nervio central perlado, ápices rematados en una fila de hojas nervadas de eje perlado, y el meridional repite del esquema anterior sin los tallos. En el interior del tramo recto un arco fajón que repite el modelo del triunfal, salvo en la utilización de plintos circulares y la decoración de los capiteles, refuerza la estructura de la bóveda de cañón de sillares de granito que cubre este espacio y arranca sobre la imposta. Su capitel meridional presenta dos filas de hojas planas con ápices rematados en espiral, y el septentrional de una fila de hojas planas ceñidas por una cinta con pomas en el envés y nervio central perlado.
En cada uno de los dos paramentos internos del tramo recto hay un par de arcos ciegos de medio punto en arista viva que apean en el muro y en un canecillo-ménsula de planos superpuestos, el septentrional, y de planos superpuestos con dos tetrapetalas, el del lado opuesto. En el paramento meridional también se abre un pequeño armario-credencia de arco de medio punto en arista viva. En cada uno de los paños del remate hemidecagonal, un arco de medio punto en arista viva cobija la saetera interna de las ventanas. Todos ellos apean sobre un par de columnas de ábaco en chaflán recto, fustes monolíticos en délity basas áticas soterradas. Entre la imposta y el ábaco de estos arcos, cubriendo sus enjutas, se alzan seis pequeñas columnas en las que apoyan los seis nervios de aristas matadas en baquetón y clave interna decorada con un florón que refuerzan la cubierta de bóveda de cascarón.
Todos sus capiteles, como los de los arcos, repiten de manera simplificada los modelos ya vistos y añaden el de hojas abastonadas y tres filas de acantos.
También en el interior del edificio, en la parte superior del paramento interno de la fachada occidental, Ramón Izquierdo pudo apreciar, junto con los restos de un baldaquino de principios del siglo xvi, una pieza reutilizada en la que se representa un Agnus Dei con una cruz patada inscrito en un círculo que, en su opinión, podría pertenecer al tímpano de una de las antiguas portadas del edificio románico.
La inscripción transcrita por Jerónimo del Hoyo podría pertenecer a una construcción preexistente del antiguo conjunto monástico, o haber sido realizada, como ocurría frecuentemente, con posterioridad a la fecha en ella contenida, puesto que los restos conservados de la fábrica románica nos permiten datar este templo como obra de finales del siglo XII. En ello influyen la utilización de un alero de tipo transitivo en la cabecera, la decoración de cruces de San Andrés del tímpano de la primera ventana septentrional, la datación asignada a otros edificios como Santa Baia de Losón o principalmente Santa María de Aciveiro, con los que guarda gran similitud en las soluciones empleadas en la planta, el alzado y la cubierta de su remate absidal, que desconocemos en el caso de Aciveiro pero posiblemente sería similar al de Losón o Ancorados, y la evidente interpretación y reinterpretación de modelos compostelanos de capiteles de los últimos tramos del brazo mayor de la catedral, de su cripta y de esquemas vegetales de clara filiación materna. Este es el caso de los capiteles que presentan modificaciones o combinaciones de tina fila de hojas con tallos o palmetas anilladas, tallos anillados entrelazados, hojas carnosas -como las del capitel izquierdo de la segunda ventana del remate poligonalo ábacos con un listel en la parte inferior del ábaco.
Parte de los textos y fotos son de MRD.
Con la colaboración de:
Centro de Estudios del Románico
Fundación Santa María la Real
Irene Graña
Marcos Pérez
Si te interesa el tema puedes ver algunos detalles más en la cronología del monasterio