Los presupuestos municipales para el presente ejercicio económico reservarán una partida específica -en torno a 100.000 euros- para terminar con la histórica ‘sequía’ que cada verano deja en jaque el suministro de agua. Así lo confirmó ayer el primer teniente de alcalde y titular del área de Medio Ambiente, Juan Constenla, explicando que la cifra que se habilitará en la cuenta de este año -todavía está sin aprobar- permitirá hacer frente a las nuevas captaciones de agua y a la construcción de un nuevo depósito para mejorar la situación de esta traída.
El Concello de A Estrada solicitó a Augas de Galicia el aprovechamiento de un caudal 27.594 metros cúbicos al año procedente de cuatro manantiales existentes en otras tantas parcelas en el Monte da Grela.
El agua de los dos primeros manantiales se captaría en arquetas de aros de hormigón y se conducirían hasta una arqueta de reunión, siguiendo hasta el depósito y, de ahí, distribuyéndose a esta parroquia.
En cuanto a los manantiales tres y cuatro, se captaría el agua mediante perforaciones, dirigiéndose el agua al depósito. Toda esta información estuvo el pasado mes de octubre a exposición de todos los interesados.
Además, con los fondos que se reserven en el presupuesto de este año también se pretende construir un nuevo depósito circular de cinco metros de diámetro y 2,5 metros de alto junto al existente y comunicado con este.
Hasta mediados del pasado mes de octubre el Concello se vio obligado a nutrir el depósito actual con un aporte externo de agua, a través de los camiones del servicio municipal de Emerxencias.
Esta traída había llegado al mes de junio con normalidad pero en julio comenzaron los problemas, llegando a precisar el suministro de unos 36.000 litros de agua -de media- por jornada.
Hasta que el presupuesto de 2019 entre en vigor nada podrá hacerse sobre el terreno. En todo caso, las previsiones que baraja el gobierno local pasan por que la que se concibe como la solución a los históricos problemas de este abastecimiento de agua se ejecute antes del próximo verano, anticipándose a la época más conflictiva del año para esta traída.
Aunque cada vez que llega el otoño y las intensas lluvias del invierno los problemas de este abastecimiento a algo veraniego, cuando el calor regresa el conflicto reaparece. En 2005 se procuró zanjar la cuestión con la construcción de dos pozos de barrena, con un presupuesto de 30.000 euros. Sin embargo, en el verano de 2006 se comprobó -o al menos así se dijo desde el Concello- que la solución no resultó excesivamente efectiva para combatir la falta de agua. La situación de Codeseda, en una zona elevada del territorio estradense, imposibilitó en su día el abastecimiento de agua desde la traída del río Liñares e hizo que tampoco se contemplase entre los entornos beneficiados por la del Umia. Una y otra vez se unió a la petición de un consumo responsable la necesidad de buscar nuevos manantiales. Ahora se intentará que las nuevas captaciones brinden al depósito suficiente agua para que Codeseda no vuelva a pasar los verano en el dique seco.
Envío de cartas tras detectar consumos fraudulentos
Por otro lado, el Concello comenzará a remitir próximamente cartas a algunos ciudadanos tras haber podido detectar una veintena de conexiones a esta traída de agua que no se corresponde con la pertinente alta en el padrón fiscal de este servicio. Estos consumos fraudulentos representan una cantidad importante, teniendo en cuenta que la cifra de usuarios de esta traída no es tan elevada.
Este suministro abastece principalmente al núcleo de A Sagrada, si bien la red llega a viviendas de otros lugares. En el año 2000 se apuntaba a 66 usuarios de este servicio municipal. Hoy día se calcula que podrían ser 250.
Encontrar una explicación a por qué se producen estos problemas de abastecimiento en Codeseda no es una tarea sencilla. El verano pasado, vecinos de esta parroquia estradense forzaron una reunión con representantes del gobierno local, cansados de sufrir las consecuencias de una situación que se repite cada verano y que perjudica a varios negocios de la zona. En el marco de este encuentro, Juan Constenla reconoció que los datos no casaban. Indicó que el depósito tenía un aporte de agua y un consumo muy superior al que pasaba por contadores. Llegó a apuntar que el aporte de agua a los depósitos -entre el suministro externo, los manantiales y la procedente de dos pozos- «duplica lo que pasa por contadores».
En ese momento desde el Concello se aseguró que se revisó la red en busca de roturas y que no se encontró fuga que explicase esta constante bajada de los niveles del depósito. Se anunció también la inspección del consumo.
Texto de una noticia de Ana Cela publicada en Faro de Vigo el 06/01/2019