Las quejas de una madre de Vilaboa que reclamaba una parada del autobús escolar en su aldea para evitar que sus hijos tuviesen que esperar el transporte en un descampado situado a unos trescientos metros del domicilio parecen haber dado resultado.
El autobús escolar amplió ayer su ruta en unos cientos de metros y recogió al mayor de los chavales a la puerta de casa. Tal como aseguraba la familia afectada, el vehículo tuvo espacio suficiente para girar en la aldea y continuar su recorrido.
No obstante, el pequeño de los niños, que tiene tres años, no podrá utilizar el transporte, ya que el autobús carece de cuidador.