Dos de las cinco bandoleras que integran A banda da Loba son de Codeseda. Andrea y Marcela Porto Mato son hermanas. Además de familia y de un montón de premios poéticos, comparten una afición temprana por la música que las ha llevado desde Tequexetéldere -donde se iniciaron musicalmente una a la gaita y la otra al tambor- hasta la banda que toma su nombre de la legendaria bandolera Pepa a Loba.
Igual que la mítica Robin Hood gallega, las integrantes de la banda fundada hace año y medio quieren romper estereotipos. No se van a poner a asaltar caminos para robar a curas y caciques. Van a coger baquetas, guitarras, bajos y violines para demostrar que es posible hacer música «con M de muller».
A finales del XIX no era común que una mujer brillase fuera del ámbito doméstico. Y menos liderando una banda de ladrones forajidos. En pleno siglo XXI, tampoco es habitual todavía ver una mujer al bajo ni a la batería. Por eso Andrea -bajo- y Marcela -batería- rompen moldes en un grupo exclusivamente femenino. No por premeditación, sino por casualidades de la vida que han ido tejiendo lazos entre ellas.
Las hermanas estradenses integran junto a Inés Mirás (guitarra y teclado), Estela Rodríguez (violín) y Xiana Lastra (voz) un grupo que «reivindica a forza dunha muller independente que pode facer o que lle pete e que é capaz de compoñer, producir e facer xira co seu propio disco», cuenta Marcela.
Las hermanas Porto han pasado por varios proyectos comunes antes de convertirse en bandoleras. Como Ladeline’s Garden, con el que ganaron el Santiautor. O Código Seda, un grupo en el que estaba también su hermana Lara y con el que fueron finalistas del certamen Galicia Crea.
Años después, Lara ha aparcado el saxo y trabaja como ingeniera de diseño industrial en Vilagarcía. Andrea y Marcela, en cambio, se han tirado de cabeza a la piscina musical. Espiritual y profesionalmente. Andrea ha completado el grado superior de Música en la especialidad de Pedagogía y trabaja como profesora de música en un centro de Primaria. Toca la guitarra, el bajo, la gaita, el acordeón, el piano y todo lo que le echen. No habría líneas suficientes para contar los proyectos en los que ha estado. Además, es compositora y letrista.
Marcela, arrastrada por la hermana mayor, ha tirado por la rama de la percusión. Está acabando el grado superior de Música en Oviedo, en la especialidad de Percusión, y ha sido fichada por la Banda Ciudad de Oviedo. Marcela juega a dos bandas. Simultanea los ensayos y los estudios musicales con los del grado en Logopedia. Los fines de semana hace hueco para los conciertos de presentación del primer disco de A banda da Loba (ABDL), Bailando as rúas.
El grupo suma desde su estreno una treintena de conciertos y tiene otros cuantos en cartel. El de fin de gira será el 25 de mayo en el teatro Jofre de Ferrol. Con Guadi Galego y Tanxugueiras, que han colaborado en el disco, y también con las poetas Rosalía Fernández Rial y Celia Parra, que han prestado sus versos para varios de los temas. «A nosa música é un caleidoscopio», explica Marcela. En ella hay influencias del rock, del country, del vals o del folclore gallego. Las letras tienen todas un porqué. Desde Tres en raia -el himno de la asociación Down Compostela- hasta Afogadas, que cuenta la historia de la aldea de Aceredo, sepultada bajo las aguas de un embalse. Si hay suerte, el aullido con historia de Codeseda se dejará oír este año en las fiestas de San Paio.