La sequía que afecta a la traída que abastece a algunos núcleos de Codeseda parece tener los días contados. Esta parroquia de A Estrada está acostumbrada a que el agua falte cuando el termómetro sube. Son ya muchos años de veranos en los que el grifo, repentinamente, comienza a ofrecer un hilo de agua, hasta que un día se rinde y no echa ni gota. Lo habitual en esta zona del municipio es que el abastecimiento se comporte como el Guadiana en época estival, que aparezca y desaparezca. Sin embargo, este año Codeseda se pasará del Guadiana al Guadalquivir.
El de 2019 fue ya un verano distinto en Codeseda. El constante ir y venir de camiones del servicio de Emerxencias para rellenar los depósitos, que bien podría considerarse una postal estival de la zona, se detuvo por fin. Los vecinos sufrieron las consecuencias de un corte de agua en sus hogares el 11 de julio. Desde entonces, una solución provisional zanjó la problemática de raíz, permitiendo a esta traída resistir todo el verano sin doblegarse a los días de sol.
El Concello apostó por comenzar a trasvasar agua de manera provisional desde el arroyo, una medida que contribuye a que esta red de abastecimiento se nutra cada día de 70.000 litros de agua. El edil estradense de Medio Ambiente, Juan Constenla, reconoció ayer que la solución continúa siendo útil, asegurando que no hubo que servir agua a este depósito municipal ni una sola vez más. Aunque el remedio provisional permitió capear el temporal, el Concello está decidido a aplicar una medida definitiva que convierta la ausencia estival de agua en un seco recuerdo.
De este modo, el Concello destinará en el mes de noviembre parte de los remanentes obtenidos de bajas en el Plan Concellos a la construcción de un nuevo depósito de agua, que se levantará en las inmediaciones del actual punto de almacenaje. La otra pata de este proyecto es la realización de nuevas captaciones. Y estas, según Constenla, también llegarán este año. Se realizarán en los montes de A Grela y mediante dos perforaciones dirigidas y efectuadas con una máquina especial que buscará el aprovechamiento directo de estos dos manantiales a una profundidad de 230 metros. El agua sería después conducida hasta el depósito, localizado en el lugar de Barro.
Junto a la instalación actual se construirá la nueva, con una capacidad de 40.000 litros y conectada con la instalación actual. Si todo marcha según lo previsto, Codeseda se olvidará de los históricos cortes de agua en los meses de verano. Podrá disfrutar del agua, haciendo un uso razonable y lo más respetuoso posible, pero perdiendo por fin el miedo a que el grifo se seque.
Texto basado en una noticia de Faro de Vigo A Estrada el 04/10/2019