A Grela volvió a convertirse este sábado en un concurrido puerto de tierra adentro. Se celebraban las fiestas de la Virgen de Guadalupe, que históricamente han arrastrado a devotos procedentes de las zonas de Rianxo y Arousa a una pequeña capilla situada monte arriba. La procesión se celebró de forma ininterrumpida en la parroquia hasta la década de los sesenta. Cuentan los historiadores locales que en aquella época era frecuente que los marineros ofreciesen a la Virgen generosas dádivas y réplicas de sus embarcaciones en miniatura para lograr la protección de la Virgen.
La romería fue recuperada en el año 2105 siendo párroco Don Rubén y desde entonces se celebra cada año religiosamente. La fórmula tradicional se repitió este sábado por la tarde, consiguiendo esquivar las amenazas de lluvia y disfrutando de un tiempo ideal.
A las seis de la tarde salieron en procesión los santos de la iglesia parroquial de Codeseda iniciando el ascenso al monte. Media hora más tarde hizo lo mismo la Virgen de Guadalupe desde la capilla de A Grela, acompañada por la Virgen de Lourdes de Cereixo, San Juan de Liripio y San Ramón.
Las dos comitivas se encontraron en lo alto del monte de A Grela, ante una cruz que da nombre al encuentro. Allí, todos los santos hicieron reverencias a la Virgen antes de volver juntos a la capilla de A Grela para celebrar una misa cantada.
Después de la misa se pudo disfrutar del concierto de la Banda de Gaitas de Forcarei y sobre las 22:00 dio inicio la cena a base de mejillones, empanada, costillar de ternera, postre, café y chupitos a un precio de 25 euros.
La verbena nocturna dio inicio a las 22:30 a cargo del trío Soprano y disco móvil Poison.del sábado
El domingo (1 de septiembre) se oficiaron misas en honor a la Virgen desde las 12.00 hasta las 13.00 horas, siendo esta última misa solemne cantada por el coro de Arca, seguida de procesión con la Banda de Gaitas de Barbude.
Por la tarde la música la puso la charanga Os Encerellados de Campo Lameiro desde las 17.00 horas y también se celebró una gran fiesta infantil con hinchables.
Parte del texto es de La Voz de Galicia