La estampa de camiones abasteciendo el depósito municipal que abastece de agua a varios de los lugares de la parroquia de Codeseda es ya un clásico en los veranos estradenses, casi tanto como los problemas de abastecimiento que experimenta esta parroquia con la sequía estival.
Con el verano a punto de estrenarse, el Concello de A Estrada está decidido a atajar la problemática que afecta a esta traída de agua a través de una actuación de mejora de las captaciones, según confirmó en la jornada de ayer el titular del departamento de Medio Ambiente, el también primer teniente de alcalde Juan Constenla.

El edil explicó que, por ahora, esta traída municipal está sirviendo con total normalidad, habida cuenta de que las intensas precipitaciones registradas en los últimos meses permiten que el depósito se encuentre dentro de los niveles que le corresponden para que el agua llegue a las casas. Indicó Constenla que, antes de que la llegada del calor pueda poner en riesgo estos niveles de almacenamiento de agua, la intención del Concello es asegurarse de que el agua llegue bien al depósito, bien sea a través de una acción de limpieza y acondicionamiento en profundidad de los manantiales que lo surten o mediante nuevas captaciones, una cuestión que se decidirá en los próximos días.

El titular estradense de Medio Ambiente recordó que el pasado año esta traída de agua soportó, contra todo pronóstico, los meses de estío, sin necesidad de que el Concello tuviese que programar abastecimiento externo mediante camiones del servicio municipal de Emerxencias. No obstante, aunque fue un verano anómalo, no se libró de los problemas de abastecimiento. Estos llegaron a mediados del pasado mes de noviembre y terminaron dejando sin agua a viviendas de A Sagrada.

Acostumbrados a que los veranos lleguen acompañados de problemas con la traída, los vecinos soportaron el corte de agua de noviembre haciendo uso de los pozos de que disponen muchos hogares de esta parroquia. Desde el Concello se abogó entonces por buscar una solución al histórico problema, recalcando los antecedentes de otros años y sin confiar excesivamente en el carácter benévolo del último verano para este suministro.

Y es que la situación de 2017 -para la que no se encontró otra explicación que, quizás, un consumo más racional y responsable del agua- en nada se parece a la registrada en 2015, por ejemplo. En ese año Emerxencias comenzó ya en mayo a llevar agua con frecuencia hasta el depósito. Empezó haciéndolo de manera esporádica pero no tuvo más remedio que incrementar pronto el ritmo, consecuencia de la situación originada tras un invierno poco lluvioso y una de las primaveras más secas de los últimos 25 años. No tardaría en llevarse agua en camiones desde A Estrada hasta el depósito de Barro a diario e, incluso, varias veces por jornada. De hecho, durante los meses de ese verano la media del suministro se situó en los 30.000 litros por jornada. Llegó a haber picos en los que fue preciso completar el depósito con hasta 45.000 litros al día. Esta situación se prolongó hasta el mes de octubre, cuando el suministro externo pasó de ser diario a realizarse dos veces por semana.

Desde el Concello se barajó en su momento la posibilidad de recurrir a nuevas captaciones para alimentar el depósito de agua e incluso se puso sobre la mesa la alternativa de aprovechar un curso fluvial que pasa por las inmediaciones de esta instalación. En los próximos días se resolverá cuál ser la actuación que pueda ir encaminando una solución para un abastecimiento cada año contra las cuerdas.

Texto basado en una noticia publicada en Faro de Vigo el 18/06/2018