Los tres caballos retenidos en Vilaboa desde el 17 de abril pagarán con su vida la osadía de haber pastado en cultivos ajenos. Los animales habían protagonizado una incursión culinaria en las fincas de Vilaboa y los vecinos los habían pillado en mitad de la faena. Como los animales no tenían marcas identificativas, los afectados no supieron a quién reclamarle los daños. Decidieron tomar a los animales como rehenes. El que quisiese recuperarlos tendría que pagar sesenta euros de indemnización y 4,81 más por caballo y día de custodia, para compensar los gastos de manutención y cuidado. El precio de la libertad no era alto, pero nadie quiso darlo por ellos.
La asociación Rapa das Bestas mostró interés en las reses. El colectivo necesita animales jóvenes para convertirlos en garañones de las manadas de Sabucedo. Algunos de los líderes equinos ya son demasiado viejos. Los vecinos se los cedían por los sesenta euros necesarios para cubrir los destrozos. El acuerdo podría haber salvado a los animales de la muerte. Pero el colectivo sólo ofrecía la mitad de lo que los vecinos pedían por la adjudicación de las reses. Los reos no pudieron regresar al monte como jefes.
En lugar de recuperar la libertad, los caballos se sacaron a subasta en 180 euros. Los compradores llegaron con la esperanza de pagar aún menos. Pero los vecinos tenían una buena estrategia para conseguir elevar el precio. La subasta estuvo reñida. Tensa, a veces. Por 180 euros los propios vecinos solicitaban quedarse con las reses. Pero la asociación Rapa das Bestas también mostraba interés. Más tenía aún un tratante de ganado de Lalín que se había desplazado a Codeseda. No sospechaba que habría tanta competencia pero, una vez allí, consideró más rentable pagar unos euros más que perder el viaje y el tiempo. El ganadero tuvo que pujar hasta los 210 euros para no regresar con el camión vacío. Los vecinos lograron su objetivo, pero el tratante se marchó con peor humor del previsto. Para la asociación Rapa das Bestas tampoco fue un buen día. En los montes de la zona hay suficientes garañones en libertad, pero estos ya estaban cogidos.
Sin embargo, para quienes peor terminó la aventura fue para los tres caballos retenidos. El tratante que los compró se dedica al suministro de carne para abastecer las despensas de los zoos. Los carnívoros que están entre rejas también necesitan comida para sobrellevar su condena. No pueden salir a cazar. Necesitan a alguien que se la lleve.
(04/05/2006) Los vecinos de Vilaboa subastan hoy los caballos apresados en sus fincas
Los tres animales, que carecían de marcas identificativas, fueron retenidos desde entonces en un cierre a la espera de que su propietario los reclamase. Para retirarlos, el dueño tendría que hacer frente al pago de 60 euros por los daños causados por los caballos en diversos cultivos locales y de 4,81 euros por cada animal y día en concepto de manutención. Sin embargo, transcurrido el período oficial, nadie ha reclamado los animales, que serán subastados esta mañana.
La subasta será a las 11.00 horas en el lugar de Vilaboa. El precio de salida de la subasta es de 180 euros por los tres caballos, que tienen entre dos y cuatro años.
Esta es ya la segunda subasta que se celebra en Codeseda. La última vez, los cuatro caballos apresados se habían vendido por 180 euros. La otra subasta equina celebrada hasta el momento en el Concello de A Estrada había sido en la parroquia de Requián.
(22/04/2006) Anuncian la subasta de tres caballos retenidos en Vilaboa
El Concello de A Estrada ha iniciado los trámites para sacar a subasta pública tres reses mostrencas retenidas desde el lunes por los vecinos de Codeseda. Los caballos apresados habían invadido varios pastos de propiedad particular en el lugar de Vilaboa.
Los animales, que se llevaron por delante los cierres de las fincas, no tienen marca identificativa o dueño conocido, por lo que los afectados carecen de interlocutor para reclamar los daños. El Concello abrirá hoy un plazo de ocho días hábiles para que los posibles propietarios puedan reclamar los animales. Para recogerlos, tendrán que hacer frente al pago de los daños causados y abonar 4,81 euros por caballo en concepto de gastos de manutención por cada día que los animales permanezcan bajo la custodia vecinal.
Si el plazo transcurre sin que nadie reconozca la propiedad, los animales serán subastados públicamente. La subasta equina sería la segunda realizada en la aldea, dónde prácticamente cada semana es retenido algún animal por la invasión de cultivos privados.